November 8, 2022, by Cuba Research Forum

Sobre racismo

Sumario: Notas sobre la segregación racial.//Summary: Notes about racial segregation.

1.-Es necesario, para comprender el fenómeno en la Cuba de hoy, algunas precisiones conceptuales. El racismo en Cuba, desde una mirada pública y de la jurisprudencia, no es sistémico ni legal; es, básicamente, un prejuicio mental, un condicionamiento cultural y una manifestación formal; las más de las veces verbal (“negro e‘ mierda”, “negro pasú”, “negro churroso” y otros epítetos denigrantes), a lo que se suman “chistes” donde el que más mal parado sale es el hombre de piel negra, con la excepción de aquellos donde se refiere a las dimensiones de su falo, expresión por cierto de una cultura también andrógenica y machista. Es cierto, no se pueden descartar otro tipo de manifestaciones racistas concretas (denegación de algún puesto laboral, engaños, etc.); pero, estas se excusan en otros por cuantos; toda vez que, desde el triunfo de la Revolución, legalmente quedó proscrito y, desde finales de los 90 del pasado siglo, comenzó en Cuba una campaña por tratar de superar tal estigma. La discriminación racial a nivel práctico, tras una demostración real por parte del segregado, está penado por la ley y la creación de grupos y entidades (Comisión Aponte de la UNEAC, por ejemplo), para la lucha contra este flagelo humano, es muestra de una política coherente por parte del estado cubano.

2.-Para entender estos elementos supérstite en la sociedad cubana hay que conocer la formación histórica nacional. Que la opulencia de la Mayor de las Antillas en la época colonial (más de 400 años), se haya erigido sobre el sudor y el trabajo de cientos de miles de hombres y mujeres esclavos de piel negra; explica, en primer lugar, cual era el concepto que de ellos se tenía: máquinas de trabajo, a los cuales, si algún cuidado había que darles, era para mantenerlos funcionando; sobre todo después de suprimida oficialmente la trata por el valor que llegaron a adquirir. El uso de las negras, como objeto de placer por parte de amos de hombres, rancheadores y otros hombres blancos, demuestra el desprecio por ese grupo étnico (no digo raza porque eso es una invención cultural para justificar el racismo; o sea, la existencia de “razas inferiores”); aunque, es preciso reconocer que en su pena llevan su redención, porque en la medida en que fueron procreando seres de piel menos oscura, fueron dotando a la cultura cubana de su verdadera dimensión: el mestizaje, la mezcla, la hibridez. Ellos, siempre excluidos, vituperados, maltratados, arrinconados, asesinados, marcados por el látigo y el fuego, tratados como bestias las más de las veces, se convirtieron no sólo en los mejores artífices de la riqueza material del país; sino, que aportaron su sabia para dotar a la isla de ese crisol que es hoy la cultura cubana.

3.-Que los hacedores del proceso político independentista cubano entendieran, en sus representantes más ilustrados y progresistas, que Cuba Esclava era incompatible con Cuba Libre, explica muchas cosas. Primero, que el racismo no sea estructural como lo es en EUA; pues allí el tema de la esclavitud fue pospuesto; mientras en el nuestro, desde el primer día (recordemos el gesto de Céspedes y los hombres que aquel día le acompañaban) resultó preocupación y ocupación de los libertadores; segundo, esa conciencia, junto al papel activo y destacado de negros, mulatos y mestizos, en las luchas por la independencia, fue otorgándoles, de facto, un lugar que nadie podría después arrebatarles, a pesar de las máculas republicanas y como corolario de esta simbiosis (antiesclavismo de los independentistas y participación activa de negros, mulatos y mestizos en la construcción armada del estado nacional; la construcción material y genética ya la habían hecho), le ahorró dolores y sufrimientos extraordinarios a Cuba. Si bien en los primeros 60 años del siglo XX, los elementos discriminatorios fueron muchos más visibles; en esa misma época, su aporte fue no solo reconocido por intelectuales de calibre como Fernando Ortíz, considerado el tercer descubridor de Cuba (tal título no puede pasar desapercibido); sino que, desde la política, el arte y la vida social hicieron valer su impronta; tal vez por ello no tuvimos ni Jim Crow, ni linchamientos masivos, ni leyes segregacionistas, a pesar del triste y vergonzoso episodio de la Masacre de Independientes de Color en 1912.

4.-La discriminación racial y sus elementos persistentes, tienen, como se ha visto; no solo un componente histórico-cultural, son resultado igualmente, de una herencia donde la desventaja económica retroalimenta, como chorro de aire caliente, el centro del huracán. Después de abolida oficialmente la esclavitud en Cuba (1886), terminada la dominación española e instaurada la república, esa gran masa de seres humanos empobrecidos, analfabetos, sin posibilidades reales de crecer humanamente y con solo sus energías físicas y mentales, se dedican a las labores agrícolas, a los trabajos más pesados y menos remunerados; si el General Quintín Banderas fue barrendero y celador de un cementerio ¿que podrían esperar los soldados rasos del ejército libertador y aquellos otros que solo se tenían así mismos y a su prole? Reproducir, como karma maldito, la herencia de la pobreza y junto con ella todo lo que significa, especialmente la marginalidad. Al día de hoy, se critica con denuedo, que en los programas de TV los ladrones y delincuentes son negros o mulatos; pero cuando se va a las cárceles y contabiliza la población penal, muchas veces las cifras respaldan esos hechos y no es que se encarcelen por una práctica racista; sino, porque reproducen en su práctica social el ambiente en que nacen y viven: no nos olvidemos, el hombre piensa y actúa como vive, no a la inversa y ello a pesar de la campaña de alfabetización, la ilegalización de la prostitución, el juego, la universalización de la educación y la salud y la eliminación del racismo como práctica social. En los vídeos del 11 de julio de 2021, se pudo observar como la mitad o un poco más de los protestantes eran de piel oscura y procedían de barrios con graves falencias existenciales. La política gubernamental de resolver situaciones de precariedad en esos barrios, refrenda la anterior explanación.

5.-Golpear de manera efectiva el racismo en Cuba, pasa hoy por estructurar una cadena de soluciones que, además de castigar cualquier expresión de racismo (formal o práctica), entienda que la solución no es grupal o sectorial, es social; por ello, hay que educar y sensibilizar con apuestas intensamente humanas a toda la sociedad y focalizar el accionar gubernativo y ciudadano en las familias y barrios de preponderancia negra o mestiza con desventajas económicas; pero no de modo paternalista; sino, con un enfoque acción-participación, donde el estado contribuya, posibilite, impulse pero deje decidir a la familia y a la comunidad. Quizás la pedagogía de Paulo Freire nos ayude en este necesario y justo empeño.

Delio G. Orozco González. Licenciado en Historia por la Universidad de Oriente, 1989. Miembro de la UNEAC, la Academia de la Historia de Cuba, la Sociedad Cultural José Martí y la Unión de Informáticos de Cuba. Especialista del Archivo Histórico de Manzanillo.

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